jueves, 17 de mayo de 2012

Comunicación no verbal: La mirada.

“Quien no comprende una mirada, tampoco comprenderá una larga explicación.”
                Proverbio árabe.




El video nos muestra la mirada entre Marina Abramovic y Ulay.
En los años setenta, la artista serbia Marina Abramovic mantuvo una intensa relación de amor con su pareja, el alemán Ulay.
Pasaron varios años juntos, realizando toda clase de performances por el mundo. En 1988, cuando su relación ya no daba para más, llevaron a cabo su última acción, titulada Los Amantes. Cada uno caminó 2.500 kilómetros desde lados opuestos de la Gran Muralla China hasta encontrarse en el medio, abrazarse y no volver a verse nunca más.
23 años después, cuando Marina Abramovic ya era una artista consagrada, el MoMA de Nueva York le dedicó una retrospectiva a su obra denominada "La Artista es el Presente". Dentro de la misma, Marina compartía un minuto en silencio con cada extraño que se sentaba frente a ella.
Ulay llegó sin que ella lo supiera, y esto fue lo que pasó.

Como ya he indicado en alguna otra ocasión, la comunicación no se establece hasta que miramos a nuestro interlocutor.  Es como si nos conectásemos con la vista, de la misma forma que unimos un enchufe a la corriente eléctrica.  Además, la comunicación es un proceso interactivo que necesita de una retroalimentación, que principalmente conseguiremos con la conexión de la mirada.

Por ese motivo, hoy hablaremos de la comunicación visual, sobre todo de la mirada y las señales que producimos con nuestros ojos.  Les acompaño como complemento dos vídeos en los que se explica el funcionamiento de la mirada en la seducción, que estoy seguro les van a interesar.

Eckhard Hess fue un psicólogo nacido en Alemania en 1916, aunque a temprana edad se trasladó a vivir a Estados Unidos consiguiendo la nacionalidad norteamericana.  Falleció en 1986.  Desarrolló en la Universidad de Chicago su faceta como investigador, y una de sus investigaciones más importantes fue la introduccióna la pupilometría.  Nos basaremos en sus observaciones para explicar el comportamiento de la mirada.

Hess nos indicó que los ojos dan señales de comunicación más precisas y reveladoras porque son puntos focales del cuerpo y además porque las pupilas funcionan de forma independiente.  De tal forma, y para una persona que no tenga problemas visuales y con las mismas condiciones de luz, las pupilas se contraerán o dilatarán en función de nuestros pensamientos y sentimientos.


Por lo tanto las pupilas son un emisor independiente de nuestro cuerpo, que nos puede delatar si nuestro interlocutor sabe detectar las señales.  Aunque lo habitual es que los ojos se utilicen para enviar determinadas señales a nuestro interlocutor.  Las pupilas se pueden dilatar hasta cuatro veces cuando estamos entusiasmados o cuando nos gusta la otra persona; y por el contrario, se contraerán cuando estemos enfadados o tengamos una actitud negativa, provocando un efecto vidrioso en los ojos.

Hace unos años descubrí en la televisión los campeonatos de póker, y descubrí que algunos de los jugadores, a pesar de jugar en lugares con poca luz, llevasen gafas de sol.  El motivo era evitar que el resto de jugadores pudieran ver sus pupilas, porque aunque con la palabra o con los gestos pudieran intentar confundir a sus rivales o evitar emitir señales, las pupilas les podían traicionar y descubrir que tenían una buena mano.

Así que, cuando nos comuniquemos hemos de observar las pupilas de la otra persona para conocer sus verdaderas ideas.

Otro detector en la comunicación con la vista es el comportamiento de la mirada.  Hay personas que nos hacen sentir cómodos en la conversación, o lo contrario, molestándonos y perdiendo nuestra confianza en ellos.  Esto generalmente está relacionado con la cantidad de tiempo que mantenemos la mirada.  Cuando una persona no es honesta o trata de ocultar algo, su mirada la mantendrá menos de la tercera parte de lo habitual.  Por el contrario, si se mantiene la mirada más de las dos terceras partes, nos estará diciendo que nos encuentra atractivos, y a la vez tendrá las pupilas dilatadas; o bien nos estará desafiando enviándonos un mensaje de hostilidad, y mantendrá las pupilas contraídas.

Y se preguntarán, ¿Cuál es el tiempo aproximado para mantener la mirada con nuestro interlocutor en el caso de una buena relación?  Pues, aproximadamente entre el 60% y el 70% del tiempo que mantengamos esa conversación.  Ese tiempo es el que provocará que la otra persona comience a sentir simpatía por nosotros.

En los negocios, cuando nos presenten a otra persona deberemos quitarnos las gafas de sol (si es que las llevamos) como signo de respeto y mirar directamente a los ojos, pues si las llevamos sentirán que les estamos observando.

Otra cuestión importante en la mirada es conocer los tipos de miradas que se pueden utilizar:
1.       Mirada de negocios.- Es aquella que se produce en el triangulo que forman los ojos y el centro de la frente.  Manteniendo la mirada en esta zona creamos una atmósfera de seriedad y podremos mantener el control de la situación.
2.       Mirada social.- Es aquella que se produce en el triangulo que forman los ojos y el centro de la boca.  Es la mirada habitual entre personas que ya se conocen y que probablemente tengan una relación de amistad.
3.       Mirada intima.- Es aquella que se produce en el triangulo que forman los ojos y otras partes del cuerpo.  Es la que utilizamos para indicar a la otra persona que tenemos interés por ella, y si nos devuelve otra mirada similar, sabremos que también tiene interés por nosotros.
4.       Mirada de reojo.- Se pueden utilizar indistintamente para transmitir interés u hostilidad, dependiendo del resto de gestos.  Si la combinamos con una elevación de cejas o una sonrisa, indicará interés; y si además observamos que quien nos realiza esta mirada tiene las pupilas dilatadas, su interés es especial.  Si la combinamos con cejas fruncidas, o con las comisuras de la boja hacia abajo, son señal de sospecha u hostilidad, y si quien nos la realiza tiene las pupilas contraídas, estará enfadado.

La zona del cuerpo donde miremos tendrá efecto sobre el resultado de la conversación.  Por ejemplo, si usted es el jefe de la otra persona y le está indicando una corrección en su trabajo, debe realizar una mirada de negocios, porque si utiliza la social no le hará caso, incluso con un tono de voz de enfado.  La mirada social le quita fuerza a sus palabras, y la mirada intima molestaría o intimidaría a la otra persona.

Las mujeres, en general, son expertas en el tipo de miradas a enviar y en la interpretación de las que reciben.  Los hombres, somos ciegos totales en este sentido y además nos delatamos enseguida por nuestra falta de sutileza en las miradas, lo cual provoca cierta frustración en las mujeres que envían las miradas.

Y para terminar, hablaremos del bloqueo visual. Normalmente se trata de un gesto inconsciente y que representa el intento de dejar a la otra persona fuera de su vista, bien porque resulta aburrido, porque ha perdido el interés, o porque se siente superior.  Se produce cuando caen los párpados y cerramos los ojos durante un segundo o más.

Si la persona con la que habla, además de realizar el bloqueo visual lo combina con echar la cabeza hacia atrás para echarle una larga mirada, es señal de que se siente superior.  Cuando ocurra esto, tómelo como que el enfoque del tema de la conversación está produciendo una reacción negativa, por lo que debe procurar darle otro enfoque.

Después de leer estas líneas espero que sea un poco más consciente de su comunicación, que aproveche los mensajes que recibe, y tenga la oportunidad de comunicarse mejor para conseguir sus objetivos.  Tenga en cuenta que una mirada vale más que mil palabras.

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