El comportamiento es un espejo en el que cada uno muestra su imagen.
Johann Wolfgang Goethe (poeta, novelista, dramaturgo y científico alemán, 1749-1832)
Este verano la mayor repercusión mediática, el mayor número de búsquedas en Google, ha sido sin duda dedicado a la ruptura entre Kristen Stewart y Robert Pattinson, protagonistas de la saga “Crepúsculo”, debido a la infidelidad de la actriz con el director de la última película que protagonizó, “Blancanieves y el Cazador", Rupert Sanders.
Las infidelidad se conoció gracias a unas fotos realizadas por la revista “Us Weekly” el 17 de julio de 2012 en Los Ángeles, y provocaron de inmediato sendos comunicados de los infieles reconociendo el error, arrepintiéndose de ello y solicitando el perdón de sus respectivas parejas, que por cierto no ha tenido el efecto esperado ya que ambas parejas se han roto. El director está casado (todavía) con la célebre modelo y actriz Liberty Ross, y tienen dos hijos. Coincide en que Liberty hacía de madre de Blancanieves en la película.
Pero no os preocupéis, no voy a hablaros más del culebrón, sino haceros reflexionar sobre el impacto y el poder que tiene la comunicación en nuestras vidas. En el caso concreto de Kristen Stewart ya le ha hecho perder un papel en la película “Cali”, en la que además de actriz iba a ser productora, y ayer se conocía que la directiva de la productora Universal había decidido prescindir de la actriz para la segunda parte de Blancanieves. Además corren rumores de que todo esto le puede costar su carrera como actriz.
Cuando imparto mis cursos sobre "cómo hablar en público", comienzo siempre hablando sobre el poder de la comunicación y el impacto que causa en nuestras vidas. En uno de los últimos que impartí, a finales de junio, en la evaluación uno de los alumnos me reprochaba que no hubiera entrado directamente a explicar las técnicas y que habíamos perdido tiempo en los “preliminares”.
Precisamente quizá sea lo más importante en estos cursos, la posibilidad de reflexionar sobre cómo nos comunicamos diariamente y el impacto que esta comunicación tiene en nuestra vida, tanto personal, familiar, profesional, etc.
Básicamente tenemos tres imágenes personales:
1.- La imagen que tenemos de nosotros mismos, y que unas veces es excesivamente buena y otras excesivamente mala, pero que nunca coincide con la realidad.
2.- La imagen que queremos transmitir a los demás. Cómo nos gustaría que nos vieran.
3.- La imagen que realmente reciben los demás, y que en función del rol que estemos desempeñando podrá variar. La imagen que tienen de nosotros nuestros amigos, nuestros compañeros, o nuestros hijos, no es exactamente la misma.
Es muy importante conocer y poder controlar qué imagen estamos transmitiendo realmente y hacer las modificaciones para que se convierta en la que realmente queremos transmitir.
En el caso de Kristen Stewart, por circunstancias personales o profesionales, nos transmitía una imagen dulce, de buena chica, y que era la misma que le llevaba a realizar los papeles en sus películas, y que le llevó a ser la protagonista de Blancanieves.
Otros casos como el de Angelina Jolie con Brad Pitt, trascendió tanto o más, pero como Angelina tenía fama de rompematrimonios, las expectativas en este caso no afectaron a su imagen y no tuvo ningún enfecto, salvo para Jennifer Aniston, que entonces era la esposa de Brad y cuyo matrimonio rompió.
Esta misma imagen genera en los que nos rodean una expectativa de comportamiento. Es decir, dado que tienes esta imagen, espero de ti que te comportes de una determinada manera. De hecho, el no hacerlo así provoca un rechazo tremendo porque quienes han generado esta expectativa se sienten defraudados. Así se han sentido los seguidores de la saga Crepúsculo y de los dos actores, sobre todo los de Rob. Es incluso peor la reacción en ellos, que en otros que no hayan generado estas expectativas.
Hasta este momento, yo lo explicaba con otro caso que me llamó la atención, el de Shandi Sullivan, que os paso a explicar. A partir de ahora utilizaré a Kristen y a Rob.
En mayo de 2003 surge en Estados
Unidos un nuevo reality show: “America’s Next Top Model” (ANMT), en el que a
través de 9 y 13 episodios en cada sesión, un número de chicas jóvenes (entre
10 y 14 cada sesión) conviven en una casa y compiten a través de diferentes
pruebas por el título y la oportunidad de tener una carrera profesional como
“top model”. El premio consiste en un
contrato por 100.000 dólares con una empresa de cosméticos, una foto de portada
en las revistas “Elle”, “Seventeen” y “Vogue Italia” y la representación de una agencia de modelos.
Cada semana se emite un episodio,
y en cada episodio hay un reto que hay que superar, eliminándose a las
concursantes que no lo superan.
En la actualidad se está
realizando la sesión nº 18 y en septiembre comenzará la nº 19. En total han pasado más de 200 chicas
jóvenes, de las cuales 16 han sido las ganadoras. No obstante, de todas esas chichas el único
nombre que recuerdan todos los norteamericanos es el de Shandi Sullivan, la
chica que conmocionó a Estados Unidos.
Shandi Sullivan entró con las
demás concursantes en la casa en enero de 2004, en la sesión nº 2 del programa,
el 16 de marzo fue eliminada, y a la semana siguiente, el 23 de marzo, finalizó
la sesión 2ª con la victoria de Yoanna House, quedando segunda Mercedes
Scelba-Shorte. Shandi quedó en tercer
lugar.
Shandi nació en Kansas City,
Missouri, en el año 1982, por lo que cuando concursó tenía 22 años (al igual que Kristen Stewart). Kansas (Missouri) tiene una población de 150.000
habitantes, y está situada en el centro de Norteamérica, en lo que llamaríamos
la América profunda, con unas creencias y unos valores que son reconocidos como
propios de los americanos.
Trabajaba como dependienta en la
cadena de comercios “Walgreens”, era una chica normal, muy flacucha y alta
(1,78 m.), desgarbada y no muy agraciada.
Cuando era una adolescente había tonteado con las drogas y la policía le
cogió robando en una tienda de golosinas, cayéndole 2 años de trabajos a la
comunidad. Sin embargo, su vida cambió
cuando conoció a su novio a los 18 años, y además fue el que le animó a
presentarse al concurso.
Comenzó en el concurso, como un
patito feo (así le llamaba su madre). Y
aunque en la segunda semana casi fue eliminada, la confianza del jurado en sus
posibilidades y el esfuerzo que estaba realizando mereció que le dieran una
oportunidad. Semana a semana fue creciendo
hasta convertirse en la favorita del Jurado y de todo el público americano, que
la adoptó y se convirtió en su hija, su hermana, su novia. Era la niña de toda América, y el seguimiento
del programa era tremendo, batiendo todos los records de audiencia con
aproximadamente un millón de personas que veían el programa.
Se había creado, consciente o
inconscientemente, una imagen personal que todos los americanos reconocieron y
a la que le dieron su confianza.
Sin embargo en la 10ª semana, una
antes de finalizar el programa, tuvieron que ir a Milán, Italia, a realizar una
sesión fotográfica. Allí les presentaron
a unos modelos masculinos que posarían junto a ellas como acompañantes. Las fotos eran artísticas y posaron desnudas
pero con el cuerpo pintado. Al final de la
sesión, los modelos masculinos quisieron agasajarlas y acudieron a la casa
donde se alojaban, tomaron vino italiano, y se bañaron en un yacusi. Shandi se sintió atraída por uno de estos
modelos, y se besaron en el yacusi, para posteriormente pasar la noche juntos. Todo ello sucedió delante de las cámaras
aunque solo se emitieron las escenas que la censura del programa permitió.
A la mañana siguiente, Shandi se
dio cuenta de lo que había hecho pero no tenía remedio, lloró desconsoladamente
durante horas en la cama y luego llamó a su novio, quien recibió la noticia
llorando por el engaño y la decepción por haber roto los 4 años que llevaban
juntos. En ese mismo momento el novio le
anunció la ruptura de su relación y le dijo que no quería saber más de ella. El video que os acompaño corresponde a ese momento.
Durante los siguientes días,
hasta su expulsión, Shandi intento llamar a su novio en todo momento, pero él
nunca se puso al teléfono. Una conmoción
sacudió a todo el pueblo americano que sintió que también a ellos les había
traicionado, y en las siguientes votaciones fue eliminada por el público que no
le perdonó la traición, aunque el jurado reconoció su valor y su proyección, y
el futuro que tenía; además la culpabilidad y la carga emocional no desapareció
de Shandi en los últimos días de su participación en el concurso.
El futuro se rompió, también sus
sueños se desvanecieron, y un corto espacio de tiempo provocó que una vida
prometedora y un gran amor se deshicieran en pedazos La vida de Shandi se rompió. Lo tenía todo en sus manos para conseguir sus
sueños. El pueblo americano la condenó
al olvido, y nunca más le dio una oportunidad, ni siquiera la página oficial
del concurso hizo referencia a ella, salvo en cuestiones obligadas.
Por su parte, Shandi no volvió a
Kansas City y se quedó en Nueva York, la gran manzana, intentando conseguir
algún trabajo, y los tuvo pero eran pequeñas intervenciones que duraron 3 años
más. En 2008 desapareció completamente
del mundo de la moda, y lo único que se conoce de ella, es que trabaja como DJ
en una sala nocturna, una especie de karaoke.
Ella quiso olvidar toda su terrible historia castigándose, se cortó el
pelo muy corto y llenó de tatuajes su cuerpo, como queriendo borrar cualquier
señal de belleza que tuviera, y que le ocasionó tanto dolor.
La conclusión que hemos de sacar
de esta historia es que “la comunicación
tiene un poder tremendo”, el poder de modificar nuestras vidas y las de los
demás, como decía al principio, un poder subversivo, y que hemos de dominar, no
solo nuestra comunicación verbal, sino también la comunicación no verbal. Hemos de liderar nuestra comunicación para
que ella a su vez nos convierta en líderes.
Habla siempre y compórtate, como
si todo el mundo te estuviese viendo y escuchando, porque algún día será
así. Nunca hables mal de nadie, y si te
preguntan, en el peor de los casos, responde que no tienes forjado un criterio
todavía.