“El que sabe pensar, pero no sabe expresar lo que piensa, está en el mismo nivel que el que no sabe pensar.”
Pericles (importante e influente político y orador ateniense, 495 a.C.-429 a.C.).
Cuando hablo de sintonía me viene a la mente la primera televisión que tuve cuando era niño, era una “Marconi” y hablo de finales de los años 60, y la dificultad que encontraba con aquella rueda en coger la frecuencia del canal de TVE. Con el agravante de que podías haber sintonizado el canal y no verlo bien por una malla que aparecía en la pantalla, así que había que tener un pulso muy fino para evitar las interferencias y que la visión y el sonido fueran los correctos.
Con las personas pasa algo parecido a la hora de comunicarnos. Es muy complicado sintonizar con la otra persona por diversas cuestiones que nos pueden distraer, y que hacen que no estemos concentrados en el proceso comunicativo y en la otra persona.
Cuando hablamos con otra persona, establecemos a través de
la mirada una conexión especial, de persona a persona, una conexión humana que
hace que, si hemos logrado establecer esa sintonía, al poco tiempo, nos
encontremos sin darnos cuenta con una similar comunicación verbal y no verbal.
No solo las palabras serán semejantes, sino que nuestros movimientos serán parecidos, la postura será la misma, las respiraciones irán acompasadas, el tono y el ritmo de la voz será similar, nuestras expresiones faciales, los movimientos oculares, el pestañeo, etc., todo el cuerpo estará conectado con nuestro interlocutor.
No solo las palabras serán semejantes, sino que nuestros movimientos serán parecidos, la postura será la misma, las respiraciones irán acompasadas, el tono y el ritmo de la voz será similar, nuestras expresiones faciales, los movimientos oculares, el pestañeo, etc., todo el cuerpo estará conectado con nuestro interlocutor.
La capacidad de lograr esa sintonía dependerá de la
actitud interna de las personas, de su disposición a aceptar al otro. Si no nos sentimos receptivos y nos dedicamos
por completo a esta tarea y a nuestro interlocutor, será muy difícil de
conseguir.
Ahora bien, nos deberíamos preguntar ¿por qué no
conseguimos la sintonía en todas nuestras comunicaciones?, y más importante,
¿podemos conseguir esa sintonía cuando nosotros lo deseemos?
Desde este momento, ya os afirmo que podemos sintonizar
con cualquier persona en cualquier momento si utilizamos una serie de pautas,
que explicaré más adelante.
Imaginemos que nos encontramos en una entrevista y
necesitamos conseguir en nuestro entrevistador una impresión positiva sobre
nosotros. Su opinión sobre nosotros
dependerá de lo que le hayamos podido transmitir, y más importante, de la
impresión que haya sacado de nosotros, y por supuesto de la sintonía que haya
habido entre ambos.
La forma en que podemos establecer sintonía con otra
persona es mediante:
Comunicación “verbal”:
- Utilizando la misma forma de hablar, e incluso las mismas palabras clave.
- Construyendo las frases de la misma manera.
- Utilizando los mismos mensajes.
- Dialogo controlado: Entender las claves de lo que nos dice, y en nuestra respuesta reflejar de forma indirecta el mensaje recibido.
- Escucha activa: Traducir del mensaje, tanto las necesidades como las emociones que nos está indicando.
- Adaptación verbal: Reconocer las percepciones concretas que nos traslada y adaptarnos a ellas, evitando la confusión lingüística.
Comunicación
“no verbal”:
- Utilizar la misma postura corporal (dedos, pies, cabeza, etc.).
- Procurando respirar al mismo ritmo.
- Pestañeando con la misma cadencia.
- Realizando los mismos o parecidos gestos faciales.
- Usando el mismo tono de voz, y el mismo ritmo.
Se trata de
adaptarnos a la otra persona, no de ser una réplica exacta, así que no imites
todo de la misma forma y además es muy importante que todo esto pase
inadvertido para nuestro interlocutor, pues podría interpretarlo como una burla
hacia él.
En la medida
en que podamos acoplarnos a la conducta de nuestro interlocutor, estaremos
consiguiendo una afinidad con él. Y si
somos especialmente hábiles en esta tarea, no solo podremos acompasar sino
también guiar su conducta. Esto último
nos será útil para reconducir la conversación en algún momento, pero cuidado
porque alguien podría interpretar que es una manipulación.
Espero que os pueda ser de utilidad, porque las posibilidades
que se nos abren cuando conectamos con otra persona son inmensas. Descubre a las personas, ¡sintonízate!
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