Fragmento de la película “Falsas Apariencias”.
El profesor Stephen M. Kosslyn (1948), psicólogo norteamericano, actualmente es el Director del Centro de Estudios Avanzados en Ciencias del Comportamiento de la Universidad de Stanford, y además fue Decano del área de Ciencias Sociales de la Universidad de Harvard. Es un neurocientífico especializado en percepción e imágenes mentales, partiendo del aprendizaje de ciertos rudimentos de psicología cognitiva, que estudia la interrelación entre percepción, memoria y conocimiento.
Kosslyn afirma que las imágenes mentales
mejoran la memoria, fundamentalmente por dos razones: primero, porque con las
imágenes se puede almacenar no solo la palabra sino también a su significado; y
segundo, porque las imágenes pueden cambiarse en escenas que pueden ser
recordadas por ellas mismas, dando lugar a otra vía para mejorar la memoria.
Indica además, que “toda persona que tenga que enfrentarse a una audiencia debe
familiarizarse con cómo funcionan la percepción, la memoria y los mecanismos
del razonamiento”. Ser capaz de
prever como tu audiencia va a procesar unos contenidos ayuda a aprovechar al
máximo la capacidad innata de la mente. Además
todo esto se aplica no sólo a los gráficos, sino también al texto, y por lo
tanto a la palabra.
Como nuestro objetivo debe ser el realizar
nuestra presentación con la mayor claridad y así hacerla fácilmente
comprensible a nuestro público, podemos intentar crear imágenes mentales en el
cerebro de nuestros oyentes mediante las siguientes técnicas:
1.-
Comparaciones. Podríamos decir de un
tejido, que “es aterciopelado como la piel de un melocotón”. O para hablar de un ladrón al que no puede
coger la policía, diríamos: “es tan escurridizo como una anguila entre las
manos”. En ambos casos reforzaríamos lo
que decimos con la imagen que generamos en la mente.
2.-
Metáforas. La diferencia de la
metáfora con la comparación, es que en la metáfora no realizamos la comparación
entre dos cosas, sino que ambas son lo mismo.
Por ejemplo, en una comparación diríamos “tus ojos son como el mar”, y
en la metáfora diríamos “el mar de tus ojos.
Decía Aristóteles que “lograr una buena metáfora significa captar con
justeza las correspondencias de la vida”.
Por ejemplo, dos personas perdidas y desorientadas serían “dos personas
que han soltado amarras y flotan a la deriva en un mar de dificultades”.
3.-
Refranes y dichos populares. Nuestro
refranero popular es muy rico y contiene muchos ejemplos que nuestro público
reconocerá y que probablemente haya utilizado.
No obstante, hay que utilizarlo con prudencia y sin abuso. Podríamos decir que hablar mucho y sin parar
es “hablar como una cotorra”. O cuando
el que habla repite siempre lo mismo, podremos decir “que habla como un disco
rayado”.
4.-
Máximas. Las máximas condensan en
pocas palabras y de forma acertada un sabio pensamiento. Ejemplos:
- Todo lo que se come sin necesidad se roba al estómago de los pobres. (M. Gandhi)
- La caridad empieza en nuestra casa y la justicia en la puerta inmediata. (Charles Dickens)
- El leer hace completo al hombre; el hablar lo hace expeditivo; el escribir lo hace exacto. (Francis Bacon)
- Las inteligencias grandes discuten las ideas; las inteligencias medias, los sucesos; y las pequeñas, las personas (Santiago Ramón y Cajal)
- Yo solo sé que no sé nada y eso es porque me lo han dicho.
- Batió todos los records de nivel de alcohol en la sangre. En realidad, trabajo tuvieron para encontrarle sangre.
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