martes, 14 de febrero de 2012

Hablar en Público: Tener presencia.

“La libertad es una de las más agradables virtudes de quien se engendra la buena fama. Le aconsejaría que mirase más a la fama que a la hacienda; porque la buena mujer no alcanza la buena fama solamente con ser buena, sino con parecerlo; que mucho más dañan a las honras de las mujeres las desenvolturas y libertades públicas que las maldades secretas. Una onza de buena fama vale más que una libra de perlas.”

Miguel de Cervantes Saavedra



Aunque la cita se corresponde con la buena fama, en realidad el tener presencia es la antesala de ella.

Os acompaño una imagen de la película “crazy, stupid, love”, en la que un hombre que lleva 25 años de matrimonio ve cómo se va desmoronando su vida por haberse dejado, no cuidarse, y haber perdido incluso la autoestima. Su esposa le confiesa que le es infiel y le pide el divorcio porque ya no tiene ilusión. Entonces, cuando ya vive solo, comienza a salir de su casa y frecuenta un bar en el que ve como un apuesto joven liga todos los días con una chica diferente. Este joven se apiada de él, y por pena se ofrece a explicarle todos los secretos para seducir a las mujeres.

En realidad tener presencia tiene mucho que ver con seducir. Los buenos pintores y críticos de arte dan mucha importancia a la “presencia” de un cuadro, y lo entienden como el impacto de llamada de atención. Es aquel cuadro que cuando entras a un museo te avisa desde lejos ritando: “Mira, aquí estoy yo; que soy importantísimo.”

Ese es el efecto que hemos de provocar al tener presencia, destacarnos para que el resto nos mire y nos preste su atención. Los buenos oradores siempre han tenido algo de seductor. En España tuvimos a Adolfo Suarez González, y a Felipe González Márquez, ambos unos estupendos oradores y también con su toque de seductor. En Estados Unidos, por ejemplo, tuvieron a John F. Kennedy, y a Bill Clinton, también excelentes oradores y seductores.

El tener presencia también nos ayudará a superar la primera impresión, ese primer minuto tan importante en el que seremos evaluados, y en función del mismo se nos juzgará o, mejor dicho, se nos prejuzgará.

No se trata de belleza o fealdad, no tiene nada que ver. Se trata de fortaleza interior, de carácter, de la forma en la que andas, y de que transmites seguridad en ti mismo, y un poder interior que atrae a los demás.

Para ello revisaremos el Best Seller de Neis Strauss “El Método”, en el cual se explican las reglas básicas para convertirse en un verdadero maestro de la seducción. Es un libro dirigido al público masculino, pero dice cosas interesantes que nos pueden ser útiles a todos para “tener presencia”. Y para ello deberemos seguir los siguientes pasos:

Evalúate a ti mismo.- Tienes que indicar como te ves tu. Luego has de hacer que otra persona te realice la misma evaluación. Comprueba las diferencias entre ambas. Normalmente tenemos una visión distorsionada de nosotros mismos, por lo que hay que ver que imagen proyectamos en los demás de nosotros mismos para poder empezar a realizar los cambios.
  1. Mira a los ojos.- Cada vez que te tropieces con alguien, o hables con alguien, siempre mírale a los ojos. Con ello estás transmitiendo seguridad, sinceridad y conectas con él. El no mirar a los ojos transmitirá la imagen contraria, la de una persona gris y que no se puede confiar en él.
  2. Habla con confianza.- Debes trasladar tu seguridad en ti mismo a la hora de hablar, y hacerlo con confianza, sin miedo ni vergüenza.
  3. Saber modificar nuestra interacción con los demás para que no se sientan incómodos.- Debemos estar atentos a nuestros actos y palabras, y en cuanto comprobemos que una persona parece encontrarse incómoda con lo que hacemos o decimos, modificar enseguida nuestra actitud o palabras, y procurar hacer que todos estén relajados y cómodos.
  4. Entrena tu voz.- La voz es el instrumento más importante de nuestra comunicación verbal, y mientras la palabra supone el 7%, la voz supone el 38% de la comunicación, y en ella incluimos el tono de voz, los matices, los silencios, y otros sonidos. Debemos practicar y poder utilizar este instrumento como si fuera un instrumento musical, y sacarle las notas que en cada momento queremos que suenen.
  5. Ponte derecho.- Una parte muy importante de nuestra presencia es nuestra imagen, y lo primero es ir rectos, como si tuviéramos la columna vertebral recta y sujeta por un hilo imaginario encima de nuestra cabeza y que tira de ella hacia arriba. Si queremos mejorar nuestra postura, a ello nos ayudará la Técnica Alexander, y mejorándola también mejoraremos nuestra voz. Frederick Matthias Alexander era un actor que nació en Tasmania en 1869, y que desarrolló una técnica natural para mejorar la postura del cuerpo.
  6. Arréglate y procura realizar un cambio.- Quizá cambiarte de peinado, deshacerte de tus gafas, ponerte moreno, hacerte la manicura y la pedicura, quitarte el exceso de pelo, arreglarte las cejas, blanquearte los dientes, refrescar tu aliento, buscar consejo dermatológico, comprarte accesorios, apuntarte a un gimnasio, comer sano, ponerte ropa que te sienta bien, etc. Examínate atentamente en el espejo, y pide consejo a un especialista sobre que cambio te puede ir bien.
  7. Supera tu ansiedad evitando pensamientos limitadores.- Piensa en positivo y evita cualquier pensamiento que te produzca falta de confianza, te introduzca dudas, o te provoque juicios falsos.
  8. Prepara tu entrada.- El juego comienza incluso antes de que abras la boca, incluso antes de que llegues al lugar donde tienes que hablar. Por eso debes preparar tu actuación mucho antes.
  9. La aproximación inicial.- Es el momento crítico donde tu lenguaje corporal y la energía que proyectas tiene mayor significación. El arte de la aproximación es el arte de la espontaneidad, y lo debes hacer sonriendo.
  10. Evita mirar evaluando.- Tu mirada debe ser de simpatía y de aprobación, debe transmitir felicidad y calma, y nunca intentes evaluar a nada ni a nadie porque enseguida se darán cuenta.
  11. Ten preparada una buena frase de entrada.- Debe parecer espontánea, estar motivada por la curiosidad y ser interesante para la mayoría de la gente. Ten preparado también un chiste, porque seguro que en un momento determinado te vendrá bien.
  12. Nunca, jamás empieces pidiendo disculpas.- Quien va pidiendo siempre disculpas traslada una imagen suya muy poco fiable y transmite poca seguridad en si mismo.
  13. Prepara tus propias historias.- Que tengan un inicio impactante, un buen final, añádele intriga, se detallista, añade también humor, quítale lo que sobre, y sobre todo se breve. Que sean tus propias historias, y debes interpretarlas y compartirlas. Procura tener una charla cautivadora.
  14. Sincroniza con tu audiencia.- Al principio decíamos mira a los ojos, pero quiero ir más allá porque la sincronización no debe ser solo visual, sino también auditiva y emocionalmente.
Normalmente, y antes de comenzar a hablar en público, se produce una pequeña espera en la que el anfitrión tiene la oportunidad de hablar con varias personas, este es el momento al que me estoy refiriendo. Pero incluso antes habrá gente que nos estará evaluando por la forma de caminar o acceder al recinto.
También después de esa espera y hasta el momento en que se produce el silencio, inmediatamente antes de que empecemos a hablar, se nos va a estar evaluando, y sin ser conscientes estaremos transmitiendo rasgos de nuestra personalidad. Y no nos olvidemos, durante nuestra charla, deberemos seguir teniendo presencia, y al finalizar. No finalizaremos hasta que no estemos de vuelta en casa.
En todos estos momentos hemos de tener presencia, y no olvides que eres lo que perciben de ti los demás.

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