Paulo Coelho
Charles Chaplin y muchos actores del cine mudo fueron los pioneros de las artes en la comunicación no verbal. En realidad se veían forzados a ello, pues al no disponer de sonido las películas, era la única forma de comunicación disponible. Los actores eran buenos o malos según la capacidad que tuviesen para poder comunicarse de forma no verbal. Cuando apareció el cine sonoro, casi todos estos actores del cine mudo desaparecieron y surgieron los que tenían buena técnica oral.
Tras más de un millón de años de evolución del hombre, fue en los años sesenta cuando se empieza a estudiar los aspectos no verbales en la comunicación.
Aunque quizá el primer estudio publicado sobre el lenguaje corporal corresponde el publicado en 1872 por Charles Darwin en “La expresión y las emociones en el hombre y en los animales”.
Desde entonces, muchas de las ideas y observaciones que realizó Darwin han sido ratificadas por muchos científicos e investigadores, habiendo registrado casi un millón de claves y señales no verbales.
A partir de Darwin y hasta que en 1970 Julius Fast publicara el libro sobre el lenguaje del cuerpo, donde resumía trabajos realizados por estudiosos del comportamiento, sobre la comunicación no verbal, nadie había tomado conciencia de su existencia.
Ha habido varios estudiosos que han cuantificado la comunicación no verbal, como Albert Mehrabian, quien descubrió que el impacto del mensaje verbal (las palabras) se corresponde con el 7%, el 38% es vocal (el tono de la voz, las pausas, los matices y otros sonidos) y el 55% es no verbal.
El profesor Birdwhistell también realizó cálculos sobre la proporción de la comunicación no verbal, y descubrió que el componente verbal de una conversación cara a cara es menor del 35% y más del 65% es comunicación no verbal.
Casi todos los investigadores coinciden en que el canal verbal lo utilizamos para trasladar información, mientras que el canal no verbal lo usamos para trasladar actitudes personales, y en algún caso como sustituto de los mensajes.
Como ocurre en otras especies, la nuestra está dirigida por leyes biológicas que controlan nuestros actos mediante reacciones, lenguaje corporal y gestos. Lo fascinante del caso es que los humanos rara vez nos damos cuenta de que nuestros movimientos, nuestras posturas, y nuestros gestos cuentan una historia mientras que la voz cuenta otra.
Cuando decimos de una persona que es perceptiva o intuitiva, a lo que nos estamos refiriendo es a la capacidad de esa persona en descifrar las claves no verbales de otra persona, comparándolas con las claves verbales. Por lo general las mujeres son mas perceptivas que los hombres, y por eso hablamos de la “intuición femenina”.
Es posible que esa habilidad de las mujeres sea natural e innata, para percibir y descifrar señales no verbales, y para retener los pequeños detalles, sobre todo en su función de madres ya que los primeros años las madres se comunican con sus hijos de forma no verbal.
En la comunicación no verbal cada gesto es un indicio, una prueba en un determinado sentido, pero no es correcto hacer una interpretación con un solo gesto. Será el conjunto de gestos y datos que observemos los que nos pueden indicar el sentido de esa comunicación. Lo importante de esa observación será el conjunto.
Por lo tanto, hemos de extraer dos conclusiones básicas:
- Comunicamos con todo el cuerpo, y no solo con la palabra.
- Nuestra comunicación no verbal deber ir en sintonía con el mensaje verbal que transmitamos.
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